
La amplia difusión de esta sentencia de aparente coherencia la ha convertido en una especie de aforismo que se propone como pauta en la ciencia o el arte.
Una frase publicitaria de la industria del automóvil, “one look is worth a thousand words”, condujo a Fred Barnard a publicar un artículo en 1921 elogiando la efectividad de la ilustración en la publicidad, con el título One picture is worth a thousand words, en el que atribuye la frase a Confucio, tal vez para darle más credibilidad.
Origen publicitario del aforismo y anuncio de F. R. Barnard en 1927.